domingo, 28 de noviembre de 2010

En Colombia se estarían vendiendo bebés como mercancía

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Denuncias, testimonios y un polémico caso judicial dan pistas de un mercado de recién nacidos.

La imprudencia de una mujer que rendía una declaración en la Fiscalía sobre el caso de pornografía con niños alertó a los investigadores de un hecho hasta el momento desconocido. "Como el negocio está flojo, tengo que hacer otras cosas".

Paralelamente, un anónimo que llegó al grupo de investigadores les permitió atar cabos. La carta daba cuenta de un lugar en la avenida Caracas con calle 46 en donde, según decía el escrito, había una clínica clandestina de abortos y venta de bebés.

Los dos datos comenzaron a conformar el rompecabezas que en pocas semanas pudieron armar los investigadores. Alertados por la gravedad de los hechos, decidieron remitir el caso al Grupo de Verificación del CTI, que lo asumió plenamente.

La mujer sindicada de trabajar con pornografía infantil se vio cada vez más acorralada. Tras las preguntas dio algunos nombres, pero dejó muchos vacíos. Después, el Grupo de Verificación de la Fiscalía ordenó interceptar los teléfonos de la clínica que había mencionado la señora y se comenzó un rastreo permanente de la actividad del lugar, un pequeño consultorio de ecografías especializadas con el nombre de Ecomarly.

A través de órdenes judiciales, los investigadores pudieron hacer un seguimiento permanente. Así, pudieron determinar con claridad que al lugar llegaban mujeres jóvenes, solas y embarazadas que eran 'enganchadas' por 'calanchines' que merodean los alrededores de esta y de otras clínicas cercanas en donde,
presumiblemente, se hacen abortos.

El papel del 'calanchín', según pudo establecer la Fiscalía, era el de convencerlas de entrar a Ecomarly, porque allí conseguirían una ecografía especializada más barata. Cuando lo lograban, las pacientes ingresaban para hacerse el examen, pero allí se encontraban con otro panorama: un diagnóstico (falso), según el cual su bebé venía con malformaciones y tenía un alto riesgo de nacer muerto.

Falso diagnóstico
Tras varias semanas de seguimientos, la Fiscalía finalmente descubrió el macabro plan. Según se verificó, muchas de estas mujeres eran atendidas para inducirles el parto. Luego, las convencían de que el bebé había nacido muerto o con serias complicaciones. "A ellas las pasaban a un cuarto para recuperación, y mientras tanto, el bebé que supuestamente había nacido muerto era atendido para que sobreviviera a sus circunstancias", explicó el Fiscal que dirigió toda la investigación.

Convencida de que había perdido a su bebé, la mujer salía en horas. Mientras tanto, en cajas de cartón o madera, forradas con icopor y bombillos, el médico que dirigía toda la operación de Ecomarly se dedicaba a rescatar esa pequeña vida que había sido sacada, anticipadamente, para luego ser ofrecida en venta.

Tal como lo constató la Fiscalía, entre noviembre del año pasado y julio de este año, la clínica logró negociar 13 bebés. Se sabe que se vendieron a dos millones y medio y hasta ocho, según el cliente.
Lo que siguió a esta historia fue la noticia que conmocionó al país. Las imágenes de la detención del director de la Clínica Ecomarly, el médico Éiber José Ochoa Márquez, y dos mujeres más, involucradas en estos hechos, quienes actualmente están en juicio. Dos pequeñas, una que estaba en el apartamento de una de las mujeres y otra en la clínica, fueron puestas bajo protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Según dijo una de estas mujeres, la bebé que estaba en el apartamento de ella es su hija y del médico. El Bienestar Familiar no lo ha determinado, pues según indicó su directora, Elvira Forero, "hay que esperar el resultado del cotejo de ADN". La pequeña está en una institución bajo protección.

Sin embargo, los investigadores aún no han podido completar la otra parte de este 'mercado de niños' en donde se sabe cómo se 'adquirían', pero no cómo, a quién y cuándo se vendían. Sobre la base de todas las pesquisas, el juicio y las pruebas halladas en la clínica, que fue allanada en julio pasado, se busca determinar el eslabón que le hace falta a la cadena para determinar quiénes compraron los 13 bebés sobre los que se tiene la certeza de que fueron negociados durante 8 meses y de otros más que presumiblemente corrieron la misma suerte, pues según vecinos e indagaciones, la clínica funcionaba desde hacía varios años.

En medio del juicio, el médico y las dos mujeres aseguran que esta era una entidad que se dedicaba a entregar niños en adopción, y la defensa basa su alegato en que no era un asunto de trata de personas, un hecho que pone, además, otra arista al caso: el de las adopciones ilegales. (Veáse recuadro: Urge penalizar adopción ilegal).

Mientras el juicio continúa y se esclarece la paternidad del bebé rescatado de la red de Ecomarly, la Fiscalía sigue en su afán de descubrir quién está al otro lado de este mercado: la cadena de los compradores.
El caso del mercado de niños en Guatemala
En Guatemala operó una red de trata de niños. Eran personas que les pagaban la cuenta del hospital a humildes mujeres que tenías allí a sus hijos enfermos. Luego les hacían firmar papeles en blanco, y sin saberlo, el consentimiento de adopción. Cuando reclamaban a sus hijos, les decían que estaban fuera del país. Lo mismo hacían con mujeres embarazadas a quienes les pagaban el parto y luego les quitaban con engaños al bebé. Los casos llamaron la atención de Unicef. Las autoridades decidieron, temporalmente, cerrar el programa de adopción de niños en ese país, hasta que se reglamente.
Se ofrecen bebés
Testimonio de una pareja
"Intentamos muchas cosas para ser papás, pero no queríamos adoptar porque eso se demora mucho.

Mi esposa comentó el tema de nuestras frustraciones en el salón de belleza y una mujer, que trabajaba allí, le dijo que sabía quién podía conseguirnos el niño, le dio nuestro teléfono y al día siguiente nos llamó una mujer. Fuimos a su casa, ella dijo que estaba cuidando unos gemelos para una persona y nos ilusionó: 'Yo le aviso cuando haya algo para ustedes', dijo.

Salimos con miedo porque sabíamos que eso no podía ser legal. También nos dijo que las familias le ayudaban con mercados para la casa y con pañales para los niños.

Pasaron unos 15 días y ella volvió a llamar. Nos dijo:

'Hay una niña de muy buena familia que quiere dar el bebé. No hay problema. Yo les aviso tiene 8 meses y medio de embarazo'.

A los 8 días avisó que la embarazada estaba de acuerdo pero no nos mencionó nada de plata; sólo dijo que ella quería ayudar a las familias, que lo suyo era cuidar los niños para buscarles buenas familias y que eso lo hacía por caridad.

Nos dio la fecha de nacimiento. Una hora antes del parto nos llamó y nos dijo que estaba en el hospital. Nos fuimos para una clínica en Suba pero antes de llegar llamó y dijo que la bebé había muerto.

Fue un golpe durísimo. Nosotros ya habíamos comprado todo, llevábamos pañalera, teteros, muñecos, todo. Finalmente, no sabemos si fue cierto o no. En todo caso, nos quedamos hasta con el cuarto preparado. Lo que nos quedó fue la sensación de que se nos murió una bebé.

Después volvimos a llamar a la señora y nos dijo que nos tendría en cuenta y nos avisaría cuando tuviera otro bebé, pero nunca lo hizo. Meses después la volvimos a llamar, pero ya no vivía allí.

A los 6 meses fuimos a Fana, porque una amiga de mi esposa nos presentó allá.

En abril de 2009, hicimos el proceso de adopción y al año siguiente nos entregaron a Mariana, de 10 meses.

Hoy ya tenemos dos niñas, adoptadas de forma legal".

Urge penalizar la adopción ilegal
La directora del Bienestar Familiar, Elvira Forero, está convencida de que el proyecto de ley que radicó en el Congreso, en junio pasado, que busca penalizar la adopción irregular para tipificarlo y castigarlo severamente, necesita hacer curso rápidamente.

Se refiere a un proyecto que dejaría sin piso la teoría del médico de Ecomarly, y de otros casos, según los cuales la entrega de niños es una adopción irregular, hecho que tiene un castigo mínimo en Colombia, de 3 a 5 años.

La doctora Forero cree que esta medida permitiría poner en cintura estas y otras prácticas aberrantes e ilegales que dejan abierta la posibilidad de 'comercializar' niños, pues la ley lo contempla hasta ahora como una adopción irregular.

Con esta ley, casos como los del médico, cuya defensa alega que lo suyo era un trabajo para dar en adopción bebés, los de las mujeres que cuidan bebés y luego los entregan (como el de la enfermera de una clínica en Suba, veáse recuadro: Se ofrecen bebés) y muchos otros anónimos tras los cuales está la Fiscalía, entrarían a hacer parte de delitos mayores, como trata de personas, en donde el componente de incluir a menores significaría que no tendría opción de rebaja de penas.

Frente a los casos de compra o venta de niños, la directora del Bienestar Familiar dijo no tener conocimiento de un mercado como tal, pero aclaró que si las casas de adopción tienen conocimiento de que a las mujeres embarazadas que van a sus hogares las están abordando en la calle para ofrecerles negocio por el futuro bebé, estas instituciones deben denunciarlo ante el mismo ICBF.

La lotería por un niño
En busca de bebés en la calle
Fana, una de las casas de adopción autorizadas por el Bienestar Familiar que hay en el país, vive alerta, pues desde hace dos años, todas las mujeres embarazadas que llegan allí en busca de apoyo y orientación, contemplando la posibilidad de entregar a su bebé, dicen que han sido abordadas en las calles cercanas en la localidad de Suba o en la Casa Margarita (donde son atendidas durante el embarazo) por personas que les ofrecen plata a cambio del bebé.

¿"Qué haría si se gana la lotería en vez de ir a Bienestar"? 
Con esta frase las enganchan y logran llamar su atención. De acuerdo con Elena Martínez, directora de la Fundación, "desde hace algún tiempo hemos visto cómo las mujeres que llegan a nuestro hogar para recibir orientación dicen que fueron abordadas cerca de nuestras instalaciones para ofrecerles la compra del bebé que esperan". El hecho ha llamado tanto la atención de Fana, que parte de su labor de orientación hacia las madres está enfocada a informarles sobre la ilegalidad ante una posible oferta de compra por su bebé y han hecho explícito este tema a las funcionarias del Icbf en las reuniones periódicas que tienen.
Aunque no hay evidencias que puedan comprobar la compra de esos niños, Adriana Chaves, psicóloga de Fana, advierte que una red similar ha sido denunciada en Guatemala, donde la situación llevó a que las autoridades suspendieran la adopción en el país, hasta tanto no se reglamente nuevamente, para evitar el delito. 

F  eltiempo.com

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