Taxistas, 'tarjeteros' y empleados de hoteles informarían a turistas en dónde encontrar menores.
Niñas, entre 13 y 14 años, que eran contactadas en sus colegios distritales y llevadas a lugares de masajes y reservados para ser explotadas sexualmente fue el caso que más impactó al investigador Nelson Rivera de la Fundación Renacer, contra los problemas de la infancia.
Esta es sólo una de las formas en que los niños de la capital son conducidos por delincuentes a hacer parte de redes de explotación sexual comercial, asociadas al turismo.
Eso lo evidenció un estudio descriptivo de las fundaciones Renacer y Esperanza, el Instituto Distrital de Turismo (IDT) y la Secretaría de Integración Social, realizado entre enero y noviembre del 2010, en las localidades de Barrios Unidos, Santa Fe, La Candelaria, Chapinero, Teusaquillo, Fontibón, Los Mártires y Usaquén.
Fueron entrevistadas 67¿víctimas, 35 hombres y 32 mujeres, entre 14 y 17 años.
Procedencia y contactos
"Todas las historias eran lamentables: muchas jóvenes eran madres que no habían completado sus estudios. No es una muestra grande, pero refleja lo que está pasando en la ciudad", contó Nelson. Añadió que eran menores que tenían experiencias con familias disfuncionales, abandono, violencia sexual y hasta homosexualidad no aceptada por su entorno.
Más de la mitad eran de origen bogotano y el resto había llegado de otras regiones del país con la esperanza de conseguir un mejor futuro, que terminó envuelto en el alucinante mundo de las adicciones al alcohol, marihuana, pegante, cocaína, éxtasis, bazuco y heroína. No es el único, pero sí el perfil más recurrente de los niños que son explotados sexualmente por turistas que ven a Bogotá como una vitrina para suplir sus deseos sexuales, según el estudio.
Los turistas, la mayoría con negocios en Bogotá, ingresan por Internet a páginas y a 'chats' que les resultan guías completas para ubicar lugares y comerciantes de niños para ser explotados de lunes a jueves, mientras cumplen con sus compromisos laborales, dijeron los investigadores.
En las calles, la promoción del delito les llega a los turistas a través de repartidores de tarjetas como una actividad lícita que se esconde bajo los nombres de acompañantes ó 'escorts' y servicio de masajes, donde son recurrentes referencias a niñas y adolescentes como 'lolitas' y 'colegialas'. "Saben que consiguen niños en Chapinero y niñas en los Mártires. Entienden que es un delito pero piensan que aquí no hay leyes que lo sancionen", dijo Nelson.
La investigación encontró que algunos taxistas se han convertido en los informadores de los sitios en donde se comete el delito. "Los turistas encuentran los teléfonos de los conductores, que circulan en la capital, que les pueden ayudar y acceden a los niños con costumbres sexuales extrañas, desadaptadas y perversas", explicó Nelson y agregó que lo más lamentable es que "unos empleados de hoteles como botones son los que dan la información a los turistas".
Otro gancho para los menores resultan ser las promesas falsas de entablar una relación sentimental mediada por la entrega de regalos o incluso, viajes. "Es denigrante. A los niños les ofrecen sumas irrisorias de 10 mil a 30 mil pesos", dijo + Eduar Gil Cortés, investigador de la Sijín.
Los escenarios
Los menores son ubicados en prostíbulos, whiskerías, reservados, centros comerciales, parques y hasta en la calle. Luego, son llevados a moteles y hoteles ante la indiferencia de los administradores, botones y recepcionistas.
"El 62 por ciento de las víctimas nunca tuvo restricción al ingresar", afirmaron los investigadores. Otra forma es la de alquilar apartamentos o saunas en Teusaquillo y Chapinero. Los proxenetas usan también automóviles y taxis, para movilizar discretamente a las víctimas, desde lugares satélite de la ciudad, atendiendo las solicitudes de los clientes.
Así escapan del control de la autoridad. Ahora, "la tarea es diseñar estrategias para que el personal de los hoteles deje de propiciar, con su indiferencia, que la explotación sexual siga 'victimizando' a los niños", dijeron los investigadores.
Capturas de la SIJINEstas han sido las capturas de la Seccional de Policía Judicial (Sijín) desde que se creó un grupo especial, de cuatro investigadores, en noviembre de 2009 hasta la fecha, para contrarrestar el delito de explotación sexual en Bogotá.
Explotación sexual comercial con menor de 18 años: 10 personas capturadas. Todas nacionales, ningún extranjero.
Pornografía infantil: filmación, reproducción, fotografía o venta. Han sido capturadas seis personas.
Prostitución de menores: dueños o administradores de locales comerciales que permitan que menores de 18 años trabajen en esta actividad. Capturadas seis personas.
Trata de personas: este delito incluye explotación sexual con fines económicos, matrimonio servil, explotación sexual laboral. Se capturó a tres personas y se recuperó a dos bebés, uno de 20 meses y otro de un mes.
F eltiempo.com
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