La aerolínea deberá pagar 200.000 euros de multa. Mecánico de la compañía también fue sentenciado.
La compañía aérea estadounidense Continental Airlines y uno de sus empleados fueron condenados por el accidente del Concorde el 25 de julio del 2000, que causó la muerte de 113 personas y acabó con los vuelos del avión supersónico.
El Tribunal Correccional de Pontoise, a las afueras de París, impuso a Continental una multa de 200.000 euros y consideró a la aerolínea estadounidense penalmente responsable por una lámina metálica que cayó de uno de sus aviones a la pista de despegue y que estuvo en el origen del siniestro.
La corte condenó asimismo a la aerolínea a pagar 1 millón de euros por daños y perjuicios a Air France por el accidente, ocurrido dos minutos después de que el Concorde de la compañía francesa despegó de París, rumbo a Nueva York.
También impuso una condena de 15 meses de cárcel, exentos de cumplimiento, para el mecánico de la compañía que había colocado de forma inadecuada la lámina.
Este mecánico, John Taylor, había puesto de forma inadecuada esa lámina que reventó uno de los neumáticos del Concorde, cuyas proyecciones agujerearon uno de los depósitos de combustible, lo que causó un incendio que fue fatal.
Quedaron absueltos los otros cuatro encausados: un jefe del equipo mecánico de Continental, así como los dos responsables del programa Concorde del fabricante del avión (hoy dentro del grupo EADS) y el encargado en la Dirección General de la Aviación Civil de Francia (DGAC) de otorgar a la aeronave la licencia que le permitía operar.
No obstante, EADS fue considerada responsable civil y deberá asumir un tercio de las indemnizaciones a las víctimas. Los jueces, en una sentencia comunicada seis meses después de un juicio que se prolongó durante casi cuatro meses, consideraron que un fallo de mantenimiento del avión de Continental fue el causante de que la lámina de titanio se encontrara en la pista de despegue del Aeropuerto Charles de Gaulle, cuando el Concorde iba a iniciar el vuelo.
El depósito de combustible se incendió cuando el supersónico ya no podía detener la maniobra de despegue pero sólo pudo mantenerse unos momentos en el aire antes de estrellarse contra un hotel ubicado a unos cientos de metros, donde murieron cuatro personas, además de las 109 que iban en el avión (100 pasajeros y nueve miembros de la tripulación).
En un informe, la Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA), autoridad francesa encargada de los aspectos técnicos, indicó que el accidente fue provocado por una lámina de titanio que se había desprendido de un avión DC10 de Continental Airlines que acababa de despegar del aeropuerto parisino.
De acuerdo con esa versión, una rueda del Concorde estalló después de pasar sobre esa lámina y las piezas expelidas agujerearon el depósito de combustible, lo que provocó el escape de carburante y el incendio. Acto seguido, se estrellaba por primera vez un ejemplar del emblemático avión.
Continental Airlines anunció inmediatamente que recurrirá su condena y, a través de su abogado Olivier Metzner, denunció que los jueces de Pontoise "habían querido proteger con su veredicto los intereses franceses", al descartar la culpabilidad del fabricante y de la DGAC.
"Es una sentencia proteccionista dictada en nombre del patriotismo francés, con el que se ha preferido privilegiar sólo los intereses nacionales y respetar el símbolo que representaba el ícono del Concorde", aseguró ante la prensa a la salida del tribunal Metzner, antes de añadir que Continental Airlines no lo aceptará.
Aludía al hecho de que hayan sido absueltos tanto el que fue director del programa del Concorde en Aerospatiale, como el ingeniero jefe Jacques Herubel, y Claude Frantzen, de la DGAC, que se habían sentido en el banquillo de los acusados.
Según las conclusiones del tribunal, todos ellos habían intentado aportar mejoras en el aparato a lo largo de los años en que voló a la vista de los incidentes que se produjeron durante ese tiempo.
Los fiscales habían pedido la multa para Continental, ahora United Continental Holdings tras una fusión, y sentencias de prisión suspendidas para el mecánico y su jefe.
Tras el accidente, los Concorde de Air France y de British Airways permanecieron 15 meses en tierra. Y, tras reanudar sus vuelos por poco tiempo, dejaron de volar en el 2003.
La flotilla de Concorde, que inició sus vuelos comerciales en 1976, contaba con 20 aparatos, la mayoría de los cuales cumplían vuelos transatlánticos a una velocidad superior a los 2.170 km por hora.
Un vuelo entre París y Nueva York demoraba menos de cuatro horas.
PARÍS (AFP-EFE-Reuters)
F eltiempo.com
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