El presidente palestino, Mahmud Abbas, aseguró este lunes que mantiene de forma provisional el diálogo con Israel, hasta el 4 de octubre, pese a que se reanudaron las construcciones en las colonias judías en los territorios ocupados.
De visita en París, donde se entrevistó con su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, Abbas exigió el final de la colonización y una ampliación de la moratoria durante "tres o cuatro meses, mientras las negociaciones están en curso, para poder profundizar en todos los asuntos que están sobre la mesa".
Pero el presidente palestino renunció a dar "una reacción rápida" pese a que en los últimos días había amenazado con abandonar la mesa del diálogo si se retomaban las colonizaciones en Cisjordania.
Fijó la fecha del próximo 4 de octubre, cuando se reunirá con los países árabes para decidir si continúa en el proceso de paz abierto en Washington el pasado 2 de septiembre.
Entre tanto, Abbas aseguró que estudiarán las repercusiones de la decisión de Israel. El presidente palestino encontró el respaldo total de Sarkozy, quien reiteró su llamamiento a Israel para que detenga las construcciones y se comprometió a telefonear esta misma tarde al primer ministro, Benjamin Netanyahu, para pedírselo personalmente.
Sarkozy aseguró que la decisión de Netanyahu se debe a los problemas que se derivan de gobernar en coalición, pero indicó que la comunidad internacional puede contribuir a dar garantías al Gobierno israelí frente a los obstáculos que encuentra.
"Hubiera preferido mil veces que se parara la colonización", aseguró el presidente galo, quien recordó que esa ha sido siempre la postura de Francia, que él mismo puso de manifiesto ante el Parlamento israelí (Kneset) el pasado 23 de junio.
Sarkozy deploró la decisión israelí y la consideró un paso atrás en un proceso de paz que, dijo, es la única vía para acabar con el conflicto.
Los presidentes de Israel y Francia se mostraron de acuerdo en que la Unión Europea (UE), ausente como tal en el proceso de Washington, forme parte de las negociaciones, no para sustituir a Estados Unidos, si no para reforzar su impulso.
"No es viable para Europa seguir financiando un estado y quedarse de lado en el proceso político", dijo el presidente francés, quien señaló que la UE también siente las repercusiones de lo que sucede en Oriente Próximo.
Sarkozy anunció que a finales de octubre se reunirán en París Abbas y Netanyahu, en un encuentro en el que también participará el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, dentro del marco de la Unión Por el Mediterráneo (UPM) que el líder egipcio preside junto al francés.
La reunión servirá de preparación de la segunda cumbre de la UPM, prevista para finales de noviembre en Barcelona, una organización que Sarkozy quiere asociar al proceso de paz de Oriente Próximo.
"El Cuarteto y sus miembros deben ejercer su papel de supervisión. Pero Europa, primer donante de los palestinos, y la UPM, que está afectada por el conflicto, deben participar en el proceso político", dijo.
El presidente francés insistió en que su petición de entrar en el proceso de paz no es una crítica a su homólogo estadounidense, Barack Obama, que impulsó el proceso de Washington.
También señaló que el compromiso de Estados Unidos es imprescindible para que el proceso siga vivo. Pero aseguró que en los diez últimos años el proceso no ha dado resultados positivos y por eso pidió un nuevo mecanismo que le dé solidez, que para el presidente francés pasa por asociar a la UE y la UPM en el mismo.
En ese punto encontró el respaldo de un Abbas favorable a que la UE y la UPM "sean actores de este proceso político" porque "no están sólo para financiar" ya que "notan las repercusiones, positivas y negativas del mismo".
Abbas se reunió en París con miembros de la comunidad judía en Francia, donde hizo notar cierto cambio de actitud en el grupo radial islámico Hamas, a quien, sin embargo, acusó de representar los intereses de Irán y no los de los palestinos.
Reanudan los asentamientos en Cisjordania
Israel permitió a la medianoche del domingo que expirara su decisión de congelar la construcción de asentamientos en Cisjordania, lo que podría colapsar el proceso de negociación emprendido con los palestinos, bajo el auspicio de Estados Unidos desde hace menos de un mes.
El Gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, no extendió la moratoria, a pesar de los llamados del presidente palestino Mahmud Abbas de que lo hiciera como condición de la continuación de las negociaciones.
"Si Israel no prolonga la congelación de la colonización, el proceso de paz será una pérdida de tiempo", declaró Abbas.
EE. UU., por su parte, reiteró poco después de la hora límite que era su deseo que Israel mantuviera la moratoria y que su postura no había variado: "Nuestra política sobre la construcción de asentamientos no ha cambiado", dijo el portavoz del Departamento de Estado PJ Crowley, en medio de los esfuerzos internacionales para que esto no sea un obstáculo insalvable para continuar el diálogo.
Para bajarle hierro a la situación, Netanyahu instó a Abbas a perseguir "negociaciones honestas y expeditas" para alcanzar un "histórico"acuerdo de paz dentro de un año.
"Israel está listo para buscar contactos continuos en los próximos días para encontrar un camino para las negociaciones de paz entre Israel y la Autoridad Palestina", señaló en un comunicado.
En el terreno, los grupos de judíos nacionalistas rompieron la moratoria horas antes con actos simbólicos en los que reanudaban la construcción en las colonias asentadas en Cisjordania, donde los palestinos quieren fundar su Estado.
Aun cuando Netanyahu resistió las presiones de Washington y de otros países, horas antes hizo un llamado a los colonos para que mostraran mesura y se abstuvieran de actos provocativos contra los palestinos. El problema del líder derechista es que su coalición de Gobierno está dominada por partidos a favor de los asentamientos. Es decir, si cede a las presiones internacionales, su futuro al frente del Gobierno no estaría nada claro.
Por eso, líderes colonos se comprometieron a comenzar a levantar la próxima semana unas 2.000 casas en Cisjordania, donde Netanyahu impuso en noviembre la moratoria parcial.
JERUSALÉN (Reuters-EFE-AFP)
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