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Paul dejó de ser un simple molusco, para convertirse en consultor. Como él, otros, entre ellos Chita, Lassie, Flipper o Laika, han tenido su momento de gloria, aunque la historia los olvidó.
Exige una placa en tu tumba
Chita, la mona de Tarzán -que en realidad era un chimpancé macho llamado Jitts-, no fue adivina de los mundiales de Fútbol, pero ha permanecido viva en el imaginario universal desde 1932. Ese fue el año en el que, desde África, llegó a Nueva York. De allí... al estrellato de Hollywood.
Chita aparece en cuatro de las películas de Tarzán interpretadas por Johnny Weissmuller.
No ha habido en la historia una mona-chimpancé más célebre que Chita ni animalejo que haya generado más lágrimas ni más sonrisas que ella en sus selváticas travesuras. Su entrenador, Dan Westfall, la especializó en escenas puramente cómicas.
Hollywood y la humanidad entera han sido injustos con Chita.
No tuvo crédito en ninguna película, y cuando perdió su fuerza y su gracia, fue enviada a morir a un hospicio para simios "retirados del oficio". Tampoco tuvo honras fúnebres y yace, como Mozart, en una fosa común. Ella, en la del cementerio para animales detrás del hospicio. Sin una lápida siquiera.
Aunque sepas nadar, nunca subas a un barco
En los vuelos transoceánicos, los pasajeros de primera clase suelen viajar con mascotas. Los que viajan en barco prefieren hacerlo con perros. El perro es el mejor amigo del hombre, pero el hombre parece no ser el mejor amigo del perro.
Según los registros de la compañía White Star, a bordo del Titanic viajaban doce perros, todos ellos con amos de primera clase. Se sabe que sólo tres sobrevivieron al naufragio: Lady, Eld y Sun-Yat-Sen.
Los nueve restantes perecieron: Piki, Zamba, Emilia, Paka, Frida... todos. La vida de los amos resultó más importante de salvar en la trágica emergencia que la vida de las mascotas. Sin embargo, el diario New York Herald, en su edición del 21 de abril de 1912, publicó una muy perruna y conmovedora nota.
Un marinero del Carpathia -primer barco que llegó a prestar ayuda- vio a un perrito Terranova llamado Rigel que, en medio del horror de la noche, se dedicaba a rescatar náufragos.
No se conoce la suerte que Rigel corrió. Seguramente, luego de su heroica tarea, se fue en el agotamiento a descansar al fondo del mar. Nadie tuvo el cuidado de rescatarlo desde los botes salvavidas: ni siquiera los rescatados por él.
Cuando te ofrezcan el universo... desconfía
Laika fue el primer ser viviente en entrar al espacio. Lo hizo el 3 de noviembre de 1957 y su historia conmovió al mundo. Viajó a bordo del Sputnik 2, una pequeña nave espacial soviética.
La perrita había sido entrenada para soportar las condiciones del espacio exterior. Viajaba en una cápsula presurizada, sujeta a un arnés que le permitía comer y beber agua. No tuvo problemas en el ascenso ni en la entrada en órbita, y ladró cuando la nave dejó los dominios terrestres.
Pero Laika murió al séptimo día en el espacio, el 10 de noviembre. Falló la totalidad del sistema, pues aunque la cápsula fue diseñada para regresar a la Tierra en pocos días, su reentrada a la atmósfera sólo se logró en abril del año siguiente, cinco meses después de lo previsto.
Todas las versiones sobre la muerte de Laika rezuman crueldad. Unos sostienen que su última comida contenía veneno. Otros, que ciertos gases letales fueron liberados en cabina. Aunque Gyorgi Grechko, ingeniero del proyecto, sostuvo que Laika murió cuando la nave alcanzó temperaturas insostenibles.
De Laika nos queda la memoria de la crueldad, y sólo una estatua levantada cerca de la ciudad rusa de Kaliningrado.
Come siempre lo más que puedas
Hubo un delfín utilizado para series de televisión, llamado Flipper. En realidad, era una 'delfina' llamada Mitzy, especialmente entrenada por Richard O'Barry, experto en la materia. Mitzy, o Flipper, actuaba salvando a personas de los botes a punto de naufragar, desarmaba a bandidos a coletazos, cuidaba de Bud y de Sandy, sus amigos, y les avisaba del peligro. Mitzy, o Flipper, murió de agotamiento en brazos de su entrenador. Conmovido por el acontecimiento, desde entonces el domador se dedicó a defender la causa de estos hermosos y dóciles animales.
Dóciles en apariencia, y para la tele-audiencia, pues según el propio O'Barry después reveló, "la única manera de trabajar con un delfín es hacerle pasar hambre. De ese modo se vuelve dócil y cumple las órdenes dadas". Flipper decidió no comer más y como una sorda protesta contra el maltrato se dejó morir.
Recuerda al león de la Metro
El logotipo de la productora de cine Metro Golwyn-Mayer ostenta un león en la acción de rugir y un lema: Ars Gratia Artis (El arte por el arte). La empresa utilizó a varios leones para el famoso rugido al comienzo de las películas. El nombre del primero de estos leones fue, curiosamente, Leo, quien, ya célebre, asistía 'en persona' al estreno de las películas y 'firmaba autógrafos' a través de sus domadores, los que imprimían su huella en papel y luego escribían 'Rugientemente tuyo, Leo'.
El triste final de Leo no estuvo lejos del triste final de muchas estrellas de Hollywood: soledad, depresión, nostalgia de glorias pasadas. Ya viejo y sin colmillos, y con débiles rugidos, Leo acabó sus días en una casa para mascotas en Nueva York, a la que fue enviado en 1936, aunque su imagen siguió vigente por muchos años. Fue reemplazado por otros 'colegas actores' traídos de África como él: Jackie, Tanner y Tanner II.
La tumba de la estrella Leo tampoco tiene lápida.
Que no sepan a qué sexo perteneces
La popularidad de Lassie, la perra protagonista de la afamada serie de televisión, llegó a ser tan grande que, cierto día el capitán de un vuelo comercial anunció que a bordo se encontraba una estrella de Hollywood. Lassie llegó, incluso, a firmar 'autógrafos' en el avión. Viajaba en primera clase con su entrenador, Rudd Weatherwax. Iba de incógnita, ya que Pal Weatherwax era su verdadero nombre.
Pal -después, Lassie - fue un perro al que abandonaron en un hospicio animal. De allí lo sacó Weatherwax para entrenarlo. El talento de Pal sorprendió tanto a la Metro Goldwyn-Mayer que pronto, con el nombre de Lassie, coprotagonizaría una película con Elizabeth Taylor. Lassie -ya de sexo femenino en apariencia- se volvió estrella. A la película con la Taylor siguieron otras... y luego la famosa serie de televisión.
Pero... ¡Hollywood y sus tragedias! Lassie era un macho, así que en las filmaciones se le amarraban los testículos a una bolsita de falso pelo para ocultarle los genitales, de modo que apareciera como hembra. A los pocos años, a los productores les pareció más cómodo acabar el problema 'de tajo', y castraron a Pal.
Así, el más apuesto y rico 'perro actor' de Hollywood, pese a su fama y a su dinero, jamás pudo superar la tragedia de no poder volver a subírsele a una actriz... a una actriz perruna, por supuesto, como Tita ¡Y con las que le sobrarían!
POR DAVID SÁNCHEZ JULIAO
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