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Por Paul Taylor
PARIS (Reuters) - Mientras la policía lucha por contener la creciente violencia en un barrio pobre de Grenoble, funcionarios dicen que los últimos disturbios indican que los vecindarios suburbanos de Francia son un desastre que está a punto de estallar, de nuevo.
La violencia latente en las sobrepobladas junglas de concreto en los márgenes de las ciudades francesas representa un desafío al presidente conservador Nicolas Sarkozy, quien ganó la presidencia prometiendo restablecer la seguridad y sacar de las calles a los delincuentes "alimañas".
Claude Dilain, presidente de la Asociación de Ciudades y Suburbios, un grupo interpartidista de funcionarios electos de algunas de las zonas más difíciles, llama a estos sectores "polvorines".
"Grandes operaciones de seguridad no arreglarán las cosas", dijo Dilain a la radio France-Inter. "Lo que necesitamos son soluciones reales a largo plazo que permitan a parte de la población vivir en condiciones normales, lo que no es el caso en este momento", agregó.
Pese a las redadas esporádicas de la policía, poco ha mejorado desde que los disturbios se extendieron por el país desde los suburbios parisinos en el 2005, que se iniciaron por la muerte de dos jóvenes inmigrantes que huían de la policía.
En algunas áreas, bloques de torres desmoronándose han sido demolidas y reemplazadas por viviendas individuales, logrando disminuir las tasas delictuales y de ausentismo escolar.
Sin embargo, la diferencia es el creciente uso de armas de fuego contra las fuerzas de seguridad, lo que ha sido resaltado por los enfrentamientos en Villiers-le-Bel, cerca de París, el año pasado y por los que cinco hombres fueron sentenciados este mes a hasta 15 años de prisión por delito de armas.
Pese al despliegue de 300 efectivos, la policía de Grenoble recibió disparos por tercera noche consecutiva en el suburbio de Villeneuve. No hubo heridos, pero 20 personas fueron arrestadas.
Helicópteros sobrevolaron el conjunto urbanístico, iluminando los bloques de torres durante altas horas de la noche mientras la policía con chalecos antibalas hacía un cateo puerta a puerta buscando francotiradores, armas y drogas.
"Esto es como un país en guerra, esto no se parece a Francia", dijo el residente Nicolas Pinel. "Se siente como si la república viniera a hacer la guerra en nuestro vecindario," señaló.
COMUNIDAD MODELO
El ministro del Interior Brice Hortefeux, un cercano aliado de Sarkozy, prometió durante una breve visita a Villeneuve el sábado que restauraría el orden después de que manifestantes, molestos por los disparos policiales contra un supuesto ladrón armado, incendiaran decenas de autos y prendieran fuego contra la policía.
Irónicamente Villeneuve, hogar de 15.000 personas, fue una comunidad modelo cuando fue construida en la década de 1970, incorporando pisos ocupados por sus dueños de clase media junto a viviendas sociales, con calles amplias y espacios verdes, contrastando con los bloques de concreto y vertederos de muchos suburbios de ciudades grandes.
Sin embargo con los años, la clase media se fue del lugar, dejando una población de más del 40 por ciento de origen inmigrante, con una tasa de desempleo de más del 30 por ciento, dijo a Reuters el alcalde de Grenoble, Michel Destot, durante una entrevista telefónica.
"Lo que ocurrió es lo que desafortunadamente ocurre en varios vecindarios urbanos con el alza de una economía clandestina de drogas y robo armado", indicó.
"Los jóvenes, en gran parte escolares ausentes que subsisten por sus propios medios sin control familiar, llegan al delito mediante esta economía subterránea, con dinero fácil que les permite comprar armas", agregó el alcalde.
Muchas ciudades francesas están rodeadas por suburbios con altos índices de desempleo, malos servicios públicos y narcotráfica.
(Reporte adicional de Emmanuel Jarry, Bate Felix y Jean-Baptiste Vey; Editado en español por Marion Giraldo)
F lta.reuters.com/article/topNews/idLTASIE66I15D20100719?sp=true
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