domingo, 18 de julio de 2010

Residentes Shanghái, desalojados para nuevo Disneylandia

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Por Farah Master y Emma Graham Harrison
SHANGHAI (Reuters) - Escondido en la parte trasera de un taxi, Wang Yuchen tiene miedo de ser visto cerca del mar de lodo y escombros que hasta hace unas semanas era su aldea natal y ahora es el sitio donde se construirá un nuevo parque temático de Walt Disney Co.
Este ingeniero es parte de la pujante clase media de China, que se encuentra repentinamente del lado equivocado del gobernante Partido Comunista respecto al candente tema de las confiscaciones de tierras.
Una compañía constructora china está arrasando con su aldea natal, un bucólico enclave en las afueras de la frenética capital financiera de China, Shanghái, y el terreno vacante será entregado al gigante estadounidense del entretenimiento, según dicen trabajadores de la demolición y medios estatales.
Tanto Disney como la municipalidad de Shanghái se negaron a formular comentarios sobre si los desalojos fueron realizados para hacer espacio al parque temático.
"Disney y el Gobierno de Shanghái todavía están trabajando en conjunto para cerrar los términos del acuerdo final. Sería prematuro hacer comentarios sobre los detalles hasta que concluyan esas discusiones", dijo a Reuters la portavoz de Disney en Shanghái.
"Lo mejor es que todas las preguntas sobre reubicación sean hechas al Gobierno Municipal de Shanghái", agregó.
Wang dice que no se opone a mudarse, pero no le han ofrecido una compensación adecuada por la residencia de dos plantas sobre la que volcó los ahorros de su vida.
"El país tiene que desarrollarse y este es un buen proyecto para Shanghái. Pero un parque de entretenimiento para que la gente se divierta no debería construirse sobre las ruinas de nuestra felicidad", dijo a Reuters Wang en una tranquila esquina de un café de Shanghái, mirando fotos, notificaciones de desalojo y desafíos legales.
Los desarrolladores han ofrecido hasta tres departamentos para reemplazar su propiedad, pero estos tienen el reducido tamaño de la mayoría de las casas en la superpoblada Shanghái, en total de casi la mitad de la de su casa. Sus padres, quienes tienen un pequeño ingreso, no tendrán tierra donde cultivar alimentos.
Los departamentos son asignados en base al número de personas en la familia reubicada, no en base al valor de su antigua casa, y los desalojados deben contribuir con considerables adelantos.
"Es en realidad una buena oportunidad para las personas que nunca han gastado mucho en sus casas. Pero para nosotros, es una gran pérdida", indicó Wang.
Miles de chinos son desalojados cada año para hacer lugar a proyectos de infraestructura. Las transferencias se han convertido en la principal causa de malestar en un país irritado por enorme la brecha entre ricos y pobres.
Grupos de derechos humanos dicen que China corre el riesgo de sufrir más inestabilidad y violencia, dado que la gente que pierde sus hogares y campos está mejor educada y está más conectada -gracias a internet- que hace una década.
"El proceso de demolición no es transparente. No es público, igualitario ni justo", dijo Wang, quien ha acudido a periodistas para dar a conocer su caso después de ser rechazado por la justicia.
Temiendo por su seguridad, Wang permanecía agachado en la parte trasera de un taxi mientras mostraba a Reuters el lugar. Dice que sus padres han sido amenazados por matones y que él ha sido atacado físicamente.
TERRENOS ESCASOS
El desafío de encontrar tierras para grandes proyectos en las repletas ciudades de China hace que las polémicas confiscaciones estropeen algunos de los más prestigiosos proyectos del país, desde los Juegos Olímpicos de Pekín a la Expo de Shanghái de este año.
Grupos de derechos humanos criticaron reiteradas veces a los organizadores de los Juegos Olímpicos de Pekín por desalojar personas para hacer espacio para el evento deportivo, pese a las tenaces afirmaciones del Gobierno de que nadie fue desalojado a la fuerza.
Se espera que la Disneylandia de Shanghái, que recibió la aprobación de las autoridades chinas en noviembre, cubra una superficie relativamente pequeña de 4 kilómetros cuadrados, con un costo de 3.600 millones de dólares.
Su construcción no ha sido formalmente anunciada, pero el periódico oficial China Daily y otros medios estatales indicaron a Zhaohang y la zona circundante como el lugar para el parque, citando a un funcionario local.
Las autoridades locales se negaron a formular comentarios al ser contactados por Reuters, pero trabajadores de la demolición dijeron a reporteros que la zona -todavía un mosaico de campos y pequeños canales salpicados de granjas de patos- será entregada a la compañía estadounidense este mes.
Los avezados promotores inmobiliarios de Shanghái también parecen estar seguros de la nueva ubicación del parque. Apenas dos horas después del anuncio de Disney, una parcela de terreno cercana se vendió en una subasta a más de dos veces el precio esperado, según informó China Daily.
Residentes locales dicen que la compensación no debe ser un problema, dado el abultado presupuesto del parque y porque tienen a la ley de su lado: Pekín recientemente presentó nuevas normas que protegen sus derechos en desalojos forzados.
Pero en China el dinero designado para compensaciones por una mudanza a menudo se desvanece en los bolsillos de los intermediarios, y las regulaciones parecen haber tenido poco impacto en el llano, al menos hasta el momento.
(Editado en español por Marion Giraldo)

F lta.reuters.com/article/worldNews/idLTASIE66H06120100718?sp=true

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