domingo, 18 de julio de 2010

Temor contradice alarde Pakistán sobre frontera en calma

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Por Chris Allbritton
SADDA, Pakistán (Reuters) - La carretera desde Parachinar a Thal en las tierras fronterizas tribales de Pakistán, a unos pocos kilómetros de Afganistán, solía estar cortada por las milicias rebeldes y luego fue bloqueada por varios grupos de talibanes.
Hoy, según el Ejército pakistaní, está abierta. A la vera del camino crecen flores rosas donde solía haber explosivos ocultos. Empleados de granjas trabajan los ricos arrozales y el mercado - cerca de plaza que solía ser usada para ejecuciones por los talibanes - desborda de gente.
Todo parece andar bien en Kurram
Al menos esa es la forma en que el Ejército quiere que los periodistas la vean.
En un viaje para medios a Kurram auspiciado por el Ejército pakistaní, comandantes de la fuerza describieron como pacífica una zona carcomida por la violencia sectaria e infiltrada por talibanes afganos y pakistaníes.
Los comandantes dijeron que entre 3.000 y 4.000 militantes habían sido expulsados y que nunca regresarían.
"Estoy 200 por ciento seguro de que no hay más militantes", dijo el coronel Tausif Akhtar, comandante de las tropas en Kurram.
En una reunión informativa, Akhtar dijo que 96 militantes habían sido asesinados y más de 100 capturados. Dieciocho soldados del Ejército pakistaní resultaron muertos y 46 heridos, sostuvo.
"Ellos han muerto o han dejado la zona", indicó.
Sin embargo, agregó que restan "pequeños focos" de militantes y estimó que el número de rebeldes restantes no superaba las dos decenas.
Mansur Khan Mahsud, coordinador de investigaciones para el Centro de Estudios FATA en Islamabad, dijo que eso era dudoso.
"No han sido expulsados. El Ejército se adjudica algunas zonas, pero los talibanes todavía están en control en muchas zonas del centro de Kurram", dijo, mostrándose de acuerdo con el cálculo del Ejército del número de militantes en la región.
ATAQUES AEREOS
En octubre del año pasado, el Ejército pakistaní lanzó un ataque contra Waziristán del Sur, entonces el bastión de Tehrik-i-Taliban Pakistan (TTP), el Movimiento Talibán en Pakistán. Los militantes encabezados por Hakimullah Mehsud se dispersaron hacia otras zonas a través de Kurram.
Además, el Ejército reforzó su campaña de bombardeos aéreos contra los militantes de Kurram, movilizado para calmar las tensiones entre sunitas y chiitas. Incluso abrió una extensión de 84 kilómetros de carretera entre Parachinar, al norte de Kurram, y Thal, en el distrito Hangu en la vecina Khyber-Pakhtunkhwa.
Pero las señales de que la inseguridad se mantiene son numerosas e indican que la militancia en Kurram es más tenaz que lo que se esperaba, mientras los militantes están regresando o quizás nunca se fueron de allí:
* Un convoy de periodistas fue acompañado hasta cada ubicación por tres camiones llenos de soldados pakistaníes fuertemente armados.
* Los soldados dijeron que no era seguro quedarse más de un momento en el atiborrado mercado.
* Los civiles en un centro de distribución de alimentos y medicamentos miraban con sospecha a los extranjeros, mientras un comandante del Ejército los guiaba en la entonación de cánticos patrióticos.
Al menos 25 rebeldes perecieron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad desde el 1 de junio. Al menos 10 militantes murieron en un combate entre facciones militantes rivales en el centro de Kurram el 1 de julio.
Lo más inquietante es que el 2 de julio militantes talibanes ejecutaron a un hombre, Liaq Khan, bajo cargos de ser un espía para los estadounidenses.
"Si el lugar ha sido despejado, ¿cómo pueden combatir allí, secuestrar personas y matarlas con acusaciones de espiar para los estadounidenses?", se preguntó Mahsud.
(Reporte adicional de Zeeshan Haider y Augustine Anthony en Islamabad, Javed Hussain en Parachinar; Editado en español por Marion Giraldo)

F lta.reuters.com/article/topNews/idLTASIE66H06820100718?sp=true

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