Por Jeremy Laurence y Jack Kim
SEUL (Reuters) - Corea del Sur recibió con agrado el martes la ampliación de sanciones financieras de Estados Unidos contra Corea del Norte, pero hizo su primera oferta a gran escala de ayuda para su empobrecido vecino desde el hundimiento de uno de sus barcos de guerra en marzo.
El presidente Barack Obama amplió el lunes las sanciones contra Corea del Norte y congeló los activos estadounidenses de ocho compañías y cuatro individuos norcoreanos, en parte para castigar a Pyongyang por el hundimiento de la corbeta surcoreana Cheonan, en el que murieron 46 marineros.
Funcionarios estadounidenses esperan que las medidas, que tienen como objetivo entidades norcoreanas que comercializan armas convencionales y productos de lujo y falsifican dólares estadounidenses, también presionen al líder norcoreano, Kim Jong-il, para que abandone sus programas nucleares.
Washington ve las capacidades atómicas de Corea del Norte, que probó artefactos nucleares en el 2006 y el 2009, como una amenaza para sus aliados Corea del Sur y Japón, y como un riesgo de proliferación nuclear.
Pyongyang ha dicho que quiere reiniciar las estancadas negociaciones de desarme nuclear, pero tanto Seúl como Washington insisten en que acepte la responsabilidad por el hundimiento de la corbeta Cheonan antes de retomar el diálogo.
Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores en Seúl se mostró complacido por el endurecimiento de las sanciones. "Puede evaluarse que el régimen de sanciones estadounidenses contra Corea del Norte se ha completado en general", declaró.
Al mismo tiempo, Seúl hizo un gesto conciliador hacia Pyongyang al ofrecer 10.000 millones de wons (8,4 millones de dólares) en ayuda a su vecino, golpeado por las inundaciones.
La oferta, de ser aceptada por Pyongyang, sería la primera ayuda a gran escala que ofrece Seúl luego del hundimiento de su barco, que según dice Corea del Sur fue torpedeado por un submarino norcoreano.
Fuertes lluvias golpearon en julio y agosto la región norte que limita con China y las provincias orientales de Corea del Norte, obligando a miles de personas a abandonar sus viviendas y dejando tierras de cultivo bajo el agua.
El presidente surcoreano, Lee Myung-buk, también se manifestó positivamente sobre una visita sorpresiva de Kim Jong-il a China, haciéndose eco de los llamados del presidente Hu Jintao para que Pyongyang adopte reformas económicas similares a las chinas.
"Habrá muchas oportunidades para ver un sendero de desarrollo como el chino, que dará una influencia positiva en la economía norcoreana", declaró Lee el martes en una reunión de su gabinete.
(Reporte adicional de Arshad Mohammed en Washington; editado en español por Hernán García)
F reuters.com
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