MADRID (Reuters) - El Gobierno español dijo que dos cooperantes secuestrados por la rama magrebí de Al Qaeda fueron liberados el lunes, poniendo fin a nueve meses de cautiverio.
"Puedo confirmar que los dos han sido liberados y están seguros. No tengo más detalles, pero el presidente (español José Luis Rodríguez) Zapatero hará más declaraciones sobre las 14:15 horas", dijo un portavoz del Gobierno.
La cadena de televisión Al Arabiya dijo el domingo que Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) había llegado a un acuerdo para liberar a los dos cooperantes españoles tras un acuerdo que llevó a la liberación de un integrista.
Roque Pascual y Albert Vilalta, que formaban parte de una caravana solidaria de la ONG Acció Solidaria, fueron secuestrados por AQMI en noviembre en Mauritania junto con Alicia Gámez, quien fue liberada en marzo.
La liberación se ha vinculado con la extradición de Mauritania a Mali de un extremista que había sido condenado por el secuestro de los tres cooperantes.
AQMI había pedido un rescate de 5 millones de dólares y la puesta en libertad de combatientes islamistas encarcelados a cambio de la liberación de los catalanes, informó el diario español El País en marzo.
Las autoridades de Mauritania y Mali no han querido comentar si la extradición de Omar Sid-Ahmed Ould Hamma, alias Omar Sahraoui, a su país de origen a principios de mes tenía relación con los esfuerzos para liberar a los españoles.
AQMI ha dicho que España era uno de sus objetivos porque es aliado de Estados Unidos y miembro de la OTAN.
El líder de la rama norteafricana de Al Qaeda indicó en una grabación sonora difundida en julio que el grupo había estado negociando la liberación de un rehén francés ejecutado el mes pasado, un dato que contradice a las autoridades francesas, que aseguraron que no se había producido ninguna negociación.
Michel Germaneau, de 78 años, murió tras una incursión en el desierto del Sáhara en la que participaron soldados franceses y que tenía como objetivo liberarlo. Francia dijo que lanzó la operación porque los captores no habían dado una prueba de vida y no se habían comprometido a hablar de su liberación.
(Reporte de Tracy Rucinski e Inmaculada Sanz; Traducido por Itziar Reinlein en la Redacción de Madrid; Editado por Lucila Sigal)
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