Por Rob Taylor
CANBERRA (Reuters) - Los mercados financieros australianos apostaron el lunes a que las elecciones que no entregaron un vencedor claro llevarán a un cambio en el liderazgo del país, dando paso a un nuevo Gobierno conservador de minoría que desecharía un planeado impuesto minero.
Australia parece encaminada hacia un limbo político por al menos otra semana, al extenderse el recuento de votos y en momentos en que el gobernante Partido Laborista y los conservadores de oposición compiten para asegurar el apoyo de los parlamentarios independientes y verdes.
Pero luego de que la primera ministra Julia Gillard voló a Canberra para sostener negociaciones con parlamentarios independientes, algunos inversores apostaron con fuerza por su salida, lo que ha empujado al alza las acciones de las mineras por la esperanza de que el impuesto desaparecería con ella.
"Anticipamos (..) que un Gobierno en minoría de coalición sería el resultado más probable", dijo el banco de inversión UBS en una nota.
El escenario de un Gobierno de minoría conservador se basa en las proyecciones que apuntan a que el líder opositor, Tony Abbott, acabará con la mayor cantidad de escaños -73 frente a los 72 de los laboristas de Gillard-, de acuerdo a un respetado experto electoral.
Una mayoría clara requiere 76 asientos en la Cámara baja de 150 asientos, pero el analista de ABC TV, Anthony Green, proyectó que cuatro parlamentarios independientes y uno verde tendrán el balance del poder.
Aunque un nuevo parlamentario verde, Adam Bandt, dijo que es más probable que apoye a los laboristas en lugar de los conservadores, él y los independientes están bajo presión para que apoyen al partido que termine con la mayor cantidad de asientos.
Todos los independientes han dicho que tienen una mentalidad abierta y que quieren hablar con los líderes de los partidos más grandes.
Las negociaciones, sin embargo, no tendrían un carácter definitivo antes de que se conozcan los resultados electorales finales, lo que podría tardar una semana o más.
"Ahí es cuando vamos a sentarnos y tomar decisiones", explicó el independiente Tony Windsor a la televisión australiana. "Ningún liberal o laborista va a hacer un acuerdo si ni siquiera ellos no conocen los números", agregó.
Las acciones australianas avanzaron, impulsadas casi principalmente por las mineras ante la esperanza de que Gillard no logre formar un Gobierno, lo que significaría el final de su impuesto del 30 por ciento a las minas más grandes de hierro y carbón.
Los conservadores se han comprometido a desechar el gravamen.
Tres de los independientes sostuvieron una conexión telefónica el domingo para discutir la formación de un bloque de votación posiblemente con dos parlamentarios verdes adicionales o inclinados hacia ese partido en la Cámara baja.
Pero ellos forman un grupo dispar, con algunos que buscan elevar los impuestos a las compañías en el caso de los verdes, a lo que buscan un Gobierno más abierto, menores importaciones de bananas y mejor infraestructura para las áreas rurales, en el caso de varios independientes.
Gillard sostiene que el laborismo está mejor posicionado para formar un Gobierno de minoría porque, según ella, su partido tendrá la mayor cantidad de votos, si no de asientos.
Pero expertos constitucionales dijeron que una votación en el Parlamento será la prueba de fuego para ver que partido puede formar un Gobierno, y no que partido consiguió la mayor cantidad de escaños o votos.
(1 dólar estadounidense = 1,118 dólar australiano)
(Reporte adicional de Gyles Beckford en Wellington, y Balazs Koranyi y Ed Davies en Sidney; Escrito por Mark Bendeich; Editado en español por Ricardo Figueroa)
F reuters.com
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