lunes, 23 de agosto de 2010

En EE. UU., la hora de la verdad en negociaciones directas entre Israel y palestinos

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De fructificar el diálogo del próximo 2 de septiembre en Washington, podría surgir un Estado palestino.

Hace ya 17 años que se inició el proceso de paz entre israelíes y palestinos y, como es bien sabido, los problemas continúan sin resolverse. La pregunta más urgente, ahora, es si acaso la nueva oportunidad que está por abrirse, será la definitiva, o un eslabón más en una larga carrera inconclusa.

Por invitación oficial de Estados Unidos, deberían reunirse en 10 días el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, con el apoyo presente del presidente de Egipto, Hosni Mubarak, y el rey de Jordania, Abdallah II. En la ocasión, se relanzaría al fin, tras mucha demora, la negociación directa entre las partes.

Por un lado, el marco tiene su simbolismo, ya que cabe suponer que nada se logrará si las partes no se reúnen y hablan de modo directo, sin intermediarios. Por otro, no hay ni euforia ni entusiasmo ningunos en el terreno. La desconfianza no ha hecho más que ir en aumento y a menudo, hablando con ciudadanos "de a pie" en ambos lados, la sensación es que "por más que los líderes digan que es posible, parecería que nunca se llegará a una solución".

El Premier israelí expresó en un comunicado oficial su beneplácito por la invitación de Estados Unidos, asegurando que Israel "negociará en forma seria todos los temas pendientes". Netanyahu destacó en especial que Washington recalcara que las negociaciones deben reanudarse "sin condiciones previas".

El jefe negociador palestino Dr. Saeb Erekat no respondió directamente a la invitación norteamericana pero dijo que "en menos de un año, podemos resolver todos los temas pendientes". Según Erekat "todo depende de que Israel se abstenga de actividades en los asentamientos y de incursiones".

A ojos de los palestinos, según explicara recientemente el propio Dr. Erekat en un artículo de opinión publicado en "El País" de España, parecería que la aceptación de negociaciones directas equivaldría prácticamente a dar un inmerecido premio a Israel.

"Las exigencias actuales de que los palestinos accedan a las negociaciones directas sin que se hayan producido avances suponen cambiar el paradigma acordado y son prematuras", alegó Erekat en su nota.Los israelíes, por su parte, dicen hace meses que por el contrario, el cambio fue la exigencia de ir a negociaciones con intermediarios, en lugar de las directas.

Los asentamientos, tema crucial

Hace varios meses, en una rueda de prensa en Ramallah, el primer ministro palestino, Salam Fayyad, dijo a esta cronista que "si aceptamos volver a negociar en forma directa, sin que Israel haya congelado toda construcción en los asentamientos, nuestro pueblo no nos perdonará, porque estaríamos dando legitimidad a que se socave de antemano la solución definitiva". Muy poco después, el Premier israelí anunció una moratoria en la construcción en los asentamientos, por diez meses, prohibiendo tanto construcción del Estado como particular, en todas las colonias. Dado que para él, Jerusalén Este es parte de su capital, aunque los palestinos la consideran territorio ocupado, esa zona no estuvo incluida en la moratoria. Para los palestinos, eso fue muestra de que "la medida era parcial y no ayudaba al proceso de paz".

Lo interesante es que durante casi diez meses-que están por acabar- , a pesar de que nadie antes, había congelado así la construcción en los asentamientos, los palestinos sostuvieron que la medida de Netanyahu era insuficiente para justificar que vuelvan a negociar. Ahora que la moratoria está por expirar (el 26 de setiembre), advierten que "será peligroso que se vuelva a construir como antes".

El enviado especial del Presidente Barack Obama a la zona, el Senador George Mitchell declaró que "la moratoria declarada en noviembre fue una acción significativa que ha tenido un efecto importante sobre los inicios de nuevas construcciones de viviendas en Cisjordania".

Pero el tema, como suele suceder, es un explosivo círculo vicioso. Dado que a pesar de la congelación de los asentamientos los palestinos rehusaban hasta ahora volver a negociar directamente-y durante meses también rechazaron las negociaciones indirectas- Netanyahu tendrá serias dificultades para convencer-si es que desea hacerlo, lo cual no es seguro todavía- a sus socios de coalición a renovarla, para facilitar las negociaciones. Pero si el 26 de septiembre, menos de un mes después del encuentro en Washington, se anuncia que vuelven a construir como antes, el comunicado equivaldrá automáticamente a la primera crisis abierta y oficial en las negociaciones.

Y esto, aún antes de abordar otros temas muy complejos, como ser el de las fronteras (los palestinos exigen un retorno a las del 67, o sea una retirada total de Israel, pero Israel ya aclaró que esa no puede ser la base), Jerusalén (Israel se opone a toda división y los palestinos sostienen que la parte oriental debe ser su capital) y muchos más.

JANA BERIS
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
JERUSALÉN


F eltiempo.com

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