Por Aung Hla Tun
RANGUN (Reuters) - Myanmar tendrá el 7 de noviembre sus primeras elecciones parlamentarias en 20 años, dijeron medios estatales el viernes, poniendo fin a las especulaciones sobre la fecha de una votación que para grupos de derechos humanos es una farsa para afianzar el poder militar.
Hasta esta semana, al menos 40 partidos se han registrado para participar del primer gobierno civil en casi medio siglo en el país de 48 millones de habitantes gobernado por militares.
Estados Unidos, Gran Bretaña y grupos de derechos humanos han dicho que las elecciones serán ilegítimas si la junta militar excluye a miles de políticos opositores que actualmente se encuentran en prisión, entre ellos la ganadora del Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi.
La Liga Nacional para la Democracia, el partido de Suu Kyi que tuvo una victoria abrumadora en la últimas elecciones en 1990 pero al que el Ejército le negó el acceso al poder, se ha negado a registrarse con las autoridades en protesta por las que calificó como leyes electorales "injustas".
Muchos diplomáticos y analistas creen que las elecciones tienen por objetivo fortalecer el poder del Ejército bajo la fachada de un Gobierno civil, en un intento por atraer inversiones a un país rico en recursos ubicado estratégicamente entre China e India.
"Es esencialmente un cambio de disfraz", explicó Jacob Ramsay, analista senior para el sudeste asiático y Pacífico de la consultora de seguridad Control Risks.
Al menos siete partidos que se registraron ante la comisión electoral serían representantes del Ejército, que retendrá el control de ministerios clave y dispondrá del 25 por ciento de los escaños parlamentarios bajo la nueva Constitución.
El jefe de las Fuerzas Armadas estará por encima del presidente en la cadena de mando. No hay indicios de que los cerca de 2.000 prisioneros políticos que hay en el país vayan a ser liberados antes o después de las elecciones.
Uno de los mayores partido políticos de oposición de Myanmar, el Partido Unión Democrática, amenazó esta semana con retirarse de las elecciones si hay señales de juego sucio por parte del Ejército al acercarse las elecciones.
Algunos partidos han acusado a la unidad de inteligencia militar del régimen de espiarlos e intentar intimidar a sus miembros.
Analistas políticos y diplomáticos, sin embargo, dicen que la elección podría marcar un punto de inflexión que, a la larga, ofrecería una transición gradual del poder a un Gobierno civil libre de control militar.
Y agregan que creen que este proceso marcaría una evolución en lugar de un cambio inspirado por la junta.
(Escrito por Jason Szep; editado en español por Hernán García)
F reuters.com
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